Democracia europea: hacer que la participación de los ciudadanos sea significativa

Escrito por el equipo del Defensor del Pueblo Europeo.

Sesión plenaria de apertura de la conferencia de la Red Europea de Defensores del Pueblo.

En vísperas de las elecciones europeas, la principal sesión pública de la conferencia de la Red Europea de Defensores del Pueblo debatió sobre el estado de la democracia en Europa, y cómo hacer que los ciudadanos sientan que su voz es tenida en cuenta.

La Defensora del Pueblo Europeo, Emily O’Reilly, abrió el debate con un análisis del contexto político más amplio, incluido el auge del populismo y la normalización de una retórica y un comportamiento que antes se consideraban inaceptables. Esto repercute en el trabajo de los defensores del pueblo, cuya tarea de garantizar que las administraciones defiendan valores fundamentales se torna más difícil cuando estos valores dejan de considerarse universales.

.@EUombudsman O’Reilly opens conference on citizens’ participation, calling on national ombudsmen colleagues to help protect democracy #ENO2019

La Defensora del Pueblo Europeo Emily O’Reilly pronuncia el discurso de apertura durante la conferencia de la Red Europea de Defensores del Pueblo de 2019 y pide a sus compañeros defensores del pueblo que ayuden a proteger la democracia.

La Sra. O’Reilly alertó frente al peligro de considerar que la deriva populista actual es un producto del racismo o de la ambición política. Señaló que esta tendencia normalmente ha surgido como respuesta a cuestiones como la inestabilidad económica, el cambio cultural, la desigualdad y el miedo a una alteración de los empleos tradicionales debida a la tecnología.

En el Reino Unido, como en muchos otros países de Europa, hay un gran número de ciudadanos que sienten que no se les está escuchando.

El negociador principal de la UE para el brexit, Michel Barnier, también habló de abordar aquellas cuestiones que hacen que los votantes apoyen causas populistas, como el brexit. En el Reino Unido, como en muchos otros países de Europa, hay un gran número de ciudadanos que sienten que no se les está escuchando. Sienten que la UE tiene un efecto cada vez mayor sobre sus vidas, pero no entienden cómo funciona y creen que no siempre les protege de los efectos de la globalización.

Explicó que él y los demás negociadores de la UE han sido conscientes de la necesidad de garantizar que las negociaciones del brexit fueran lo más favorables posible a la democracia participativa. Tres principios guiaron su trabajo a este fin: la transparencia (incluida la publicación del mayor número posible de documentos), la cooperación (con todos los responsables clave de la toma de decisiones, en particular los Gobiernos de los Estados miembros y el Parlamento Europeo, a lo largo de todo el proceso) y la consulta (con los representantes empresariales, los grupos de reflexión, la sociedad civil y otros grupos de interés). Sin embargo, destacó que es necesario hacer más para garantizar que los ciudadanos sientan que están debidamente informados.

La diputada española al Parlamento Europeo Maite Pagazaurtundúa Ruiz sostuvo que hay una brecha entre la teoría y la práctica de ser un ciudadano de la Unión Europea, con problemas en ámbitos como el derecho de voto transfronterizo o la libertad de circulación. La Comisión de Asuntos Constitucionales del Parlamento Europeo trabaja para mejorar la transparencia en el ámbito de la UE, además de promover medidas para mejorar la democracia directa e indirecta.

Gran parte del debate se centró en la necesidad de evitar gestos superficiales que pretendan implicar más a los ciudadanos en la toma de decisiones, pero que realmente no lo hagan. Ülle Madise, Canciller de Justicia de Estonia, dijo que los ciudadanos deben sentir que se les escucha. Marian Wendt, presidenta de la Comisión de Peticiones del Bundestag, habló del dilema que supone interactuar con plataformas privadas de peticiones en línea, y del riesgo de que estas plataformas creen falsas expectativas.

Abbattere le frontiere tra #Istituzioni e #cittadini per garantirne la piena inclusione sociale #ENO2019 @EUombudsman

Debemos romper las barreras entre las instituciones públicas y los ciudadanos para mejorar la inclusión social.

Sobre el tema de las falsas expectativas, Laura Sullivan, del movimiento ciudadano WeMove, señaló que la Iniciativa Ciudadana Europea corría el riesgo de caer en esta categoría. A pesar de estar en vigor desde 2012, ninguna iniciativa ha desembocado en el nivel de cambio solicitado. Llamó la atención sobre las investigaciones que muestran que cuando las personas participan en asambleas públicas o ciudadanas para debatir cuestiones de política, se interesan más por la política. La UE debería aprender de ello, y el Parlamento Europeo debería considerar la posibilidad de celebrar asambleas ciudadanas de transcendencia.

El debate destacó la importancia de comunicarse con el público en un lenguaje que la gente común pueda entender, como el uso de historias de la vida real de las personas, y un lenguaje claro e inclusivo.

Democracia participativa en el ámbito de la UE

Escrito por Laura Sullivan, WeMove.

Laura Sullivan de WeMove interviene en la sesión plenaria de apertura de la conferencia de la Red Europea de Defensores del Pueblo.

La Iniciativa Ciudadana Europea (ICE) es una de las innovaciones clave de la democracia participativa en el ámbito de la UE de los últimos años. En teoría, permite a un grupo de ciudadanos incluir un tema en el programa legislativo de la UE. Aunque la ICE tiene un gran potencial, hasta la fecha no lo ha desarrollado.

De las cuatro ICE que consiguieron reunir el millón de firmas necesarias para que la Comisión Europea responda, ninguna ha dado lugar a propuestas legislativas en la línea exacta de lo solicitado. Esto no significa que las ICE no hayan dado lugar a ningún cambio. El impulso creado por la ICE que pide a la UE que prohíba el plaguicida glifosato ha dado lugar a avances positivos. No obstante, en última instancia, el glifosato sigue presente en el mercado de la UE. En el caso de otras ICE, la supuesta respuesta legislativa al parecer eran iniciativas que ya estaban en curso.

La Comisión no está obligada a responder a las ICE con la propuesta de las medidas exactas que estas demandan. No obstante, tras el gran esfuerzo realizado para organizar una ICE, hay un riesgo de desmovilización si no se adoptan medidas concretas en respuesta a la misma. Podríamos encontrarnos más cinismo y apatía que iniciativa y compromiso. Una verdadera voluntad política podría darle la vuelta. Sin embargo, por ahora, hay poco debate sobre las ICE a nivel nacional. Este sería un buen punto de partida.

El referéndum sobre el brexit del Reino Unido ha dado lugar a un debate sobre la democracia representativa frente a la democracia directa. No obstante, no tiene por qué ser una cosa o la otra.

Más allá de la ICE, hay otras ideas que permiten albergar esperanza en el rejuvenecimiento de la democracia en Europa. El referéndum sobre el brexit del Reino Unido ha dado lugar a un debate sobre la democracia representativa frente a la democracia directa. No obstante, no tiene por qué ser una de las dos. Los referendos son problemáticos cuando se consideran aisladamente, por la falta de debate social que les precede. No está claro hasta qué punto un folleto puede aclarar realmente las ventajas e inconvenientes de abandonar o permanecer en la UE tras décadas de pertenencia.

En este contexto, la «asamblea ciudadana» que precedió el reciente referéndum irlandés sobre el aborto es un experimento que vale la pena analizar. Durante cinco fines de semana, noventa y nueve particulares de orígenes muy diversos escucharon las pruebas presentadas por académicos, doctores, abogados, ONG, la iglesia, mujeres que tuvieron que ir al Reino Unido para abortar y muchos otros.

Con el apoyo de los moderadores, la asamblea deliberó y adoptó una decisión que se presentó como recomendación al Gobierno irlandés. La diferencia es que en este caso las personas tuvieron la oportunidad de escuchar, reflexionar, debatir y cambiar de opinión, o no. En última instancia, la asamblea votó abrumadoramente a favor de cambiar la constitución irlandesa para permitir el aborto. Esta asamblea tuvo un efecto considerable sobre el debate y el referéndum, que respaldó el cambio. Esta experiencia muestra que la democracia deliberativa puede coexistir con otras formas de democracia y reforzarlas.

Se han realizado muy pocos experimentos de este tipo en un ámbito más amplio de la UE. ¿Qué pasaría si se considerase que una asamblea ciudadana es una herramienta que podría ayudar a los legisladores de la UE a encontrar puntos en común y a comprometerse? ¿Qué pasaría si una asamblea ciudadana permitiera a las personas de toda Europa reflexionar sobre la Política Agrícola Común? ¿Podría esta reflexión ayudar a cuestionar la acusación (justa o no) que sostiene que los procesos de reforma hasta la fecha han estado dominados por intereses especiales?

La verdadera pregunta es: ¿dónde puede producirse un verdadero debate en Europa? ¿Dónde está el lugar para que la gente escuche, reflexione, debata, entienda, proponga, clarifique, profundice y razone entre sí?

‘The less we engage, the more things fall apart’, says @laura_sullivan @wemoveEU #ENO2019

Cuanto menos participe la gente en la formación de la democracia en la que viven, mayor será el daño a la sociedad en su conjunto, dice Laura Sullivan, directora ejecutiva de WeMove.EU.

Por último, ¿qué pasa con las elecciones europeas? Si el compromiso con Europa se midiera por la participación en las elecciones, deberíamos preocuparnos. De 1979 a 2014, la participación bajó del 62 % al 43 %. En la última elección, solo votaron el 37 % de los holandeses, y en Eslovaquia el 13 %. Cuanto más baja la participación, más terreno tienden a ganar los extremistas.

Con esto en mente, WeMove está trabajando en una gran campaña para animar a las personas a votar, pidiéndoles que voten a líderes que hagan que queramos llamarnos europeos: por los líderes del clima y los defensores de los derechos, y aquellos que han puesto en práctica los valores originales de la UE. Mientras tanto, en el ámbito nacional todo está extrañamente tranquilo. ¿Dónde está el debate sobre estas elecciones y lo que significan o podrían significar? Como cantaba Joni Mitchell: «You don’t know what you’ve got till it’s gone» (no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes). Es hora de que nos despertemos.

Democracia participativa y el papel de las comisiones de peticiones y los defensores del pueblo

Escrito por el equipo del Defensor del Pueblo Europeo.

Beate Böhlen, presidenta de la Comisión de Peticiones de la región de Baden-Württemberg, preside el grupo de trabajo sobre democracia participativa.

Hay discrepancia de opiniones sobre qué es exactamente la democracia participativa, cuáles son las distintas herramientas y cómo deberían reaccionar las instituciones democráticas. También cabe distinguir entre el papel de las comisiones de peticiones y los defensores del pueblo, que determina cómo pueden y deben responder a las iniciativas de los ciudadanos movilizados. El grupo de trabajo, que reunió a representantes de las oficinas del defensor del pueblo y de las comisiones de peticiones de la Red Europea de Defensores del Pueblo, analizó las distintas funciones de cada uno en el marco de las responsabilidades globales de las instituciones democráticas en lo que respecta a la democracia participativa.

Por su naturaleza, las comisiones de peticiones actúan como un vínculo directo entre la política y la democracia participativa. Ofrecen una plataforma pública oficial para que los ciudadanos se movilicen y busquen la respuesta a un problema de los responsables de adoptar decisiones políticas.

Los ciudadanos movilizados que apoyan las peticiones confían en que los parlamentos respondan a las cuestiones que han planteado. Si bien esto puede acortar la distancia entre la política y los ciudadanos, también puede generar frustración. Las comisiones de peticiones pueden ser objeto de críticas por responder de modo insuficiente a una petición, o por la falta de transparencia en la forma en que responden a todas las peticiones. Las comisiones de peticiones de toda Europa enfocan su trabajo de forma distinta.

La forma en que las comisiones de peticiones responden a la reciente tendencia del activismo en línea también constituye un desafío. Según la presidencia, apenas alrededor de la mitad de las comisiones de peticiones de Europa cuentan con sistemas integrales en línea de registro y presentación de peticiones. Otro tema analizado por el grupo de trabajo fue cómo responder a los agentes privados que actualmente participan en el activismo y las peticiones en línea. La mayoría de los participantes estuvieron de acuerdo en que es necesario responder de alguna manera a estas plataformas (como change.org).

Si no hay una respuesta adecuada, se corre el riesgo de una desilusión pública aún mayor.

El grupo de trabajo también se preguntó si la falta de movilización en torno a las cuestiones implica que los ciudadanos están satisfechos. Esto no tiene por qué ser así, ya que hay otros factores, como el desencanto o la falta de herramientas adecuadas, que explican la falta de movilización de los ciudadanos.

La democracia participativa no puede ir de arriba hacia abajo. El enfoque actual implica a menudo que los políticos y las instituciones democráticas intenten controlar y centralizar la participación ciudadana y regular las condiciones de la democracia participativa. En el actual clima de desilusión con los políticos y las instituciones públicas, esto no funcionará. Es necesario un cambio de mentalidad hacia un enfoque ascendente, y que las instituciones democráticas y políticas adopten un conjunto distinto de instrumentos.

Cuando los ciudadanos se movilizan y tratan de participar en el proceso democrático, las instituciones democráticas deben encontrar una forma de responder. Si no hay una respuesta adecuada, se corre el riesgo de desilusión pública aún mayor. Es evidente que las instituciones del defensor del pueblo y las comisiones de peticiones tienen un papel importante que desempeñar en este ámbito. Las instituciones del defensor del pueblo son independientes, y pueden y deberían desempeñar un papel en el planteamiento a los responsables de la toma de decisiones y a los legisladores de las cuestiones sistémicas de las que tengan conocimiento.

El grupo de trabajo debatió como determinar qué constituye una «respuestas apropiada». Algunas iniciativas ciudadanas incluyen exigencias políticas o legislativas muy concretas, y otras no. Para que la respuesta sea considerada legítima y suficiente, las instituciones democráticas no tienen por qué implementar necesariamente las exigencias exactas de las peticiones o herramientas similares. El hecho de incluir una cuestión planteada por los ciudadanos se incluye en el programa político, a menudo es un resultado positivo en sí mismo. Corresponde entonces a las instituciones democráticas encontrar la solución adecuada a esta cuestión.